viernes, junio 3

A L o v e S t o r y

Creo que ésta es una historia que merece ser contada. Es lo más bonito que me ha pasado en mi vida y, si las circunstancias de aquel muchacho hubieran sido otras, las cosas ahora mismo serían muy distintas.
La historia empieza en septiembre de 2006... aunque, pensándolo bien, mejor retroceder hasta febrero. A. y yo llevábamos juntos diez meses escasos, de los cuales, tres, habíamos pasado separados. Yo, por supuesto, estaba enamoradísima: una niña con 19 años que sale con un tío de 22, guapo, simpático, gracioso... un poco autista de vez en cuando, eso sí, pero ¿qué más quería? De repente, un día me doy cuenta de que en el corcho de su habitación hay un post-it pegado que reza: "Mirar las becas de EE.UU." Yo me puse echa una fiera. Estaba en mi segundo año de carrera, tercero era el ideal para el Erasmus, yo estaba dejando pasar la fecha de solicitud porque no quería separarme de él ¡¡y resulta que él estaba pensando en irse a Yanquilandia sin ni siquiera haberme dicho una palabra!!
Total, sin entrar en más detalles, el día 4 de septiembre él volaba a Canadá y yo a Reino Unido el 29.
Nos vimos en Navidad. Sin pensármelo dos veces, viajé hasta Canadá para verle y pasar tres semanas con él de viaje por algunas ciudades de Canadá y EE.UU. Aquí tengo que decir que él corrió con la mayoría de los gastos pero las 30 horas de viaje y las desgracias que me ocurrieron me las llevé yo, así como el no pasar esas fechas con mi familia.
In the meantime, cero llamadas, hablaba con él de higos a brevas, me contestaba los mails cuando le venía en gana, le escribí cartas y no me contestó ni una... Yo estaba desesperada, porque no sabía nada de él y tampoco entendía porqué él no quería saber de mi más de lo necesario. Esta situación se prolongó de octubre a julio, oséase, to el año. Hubo una temporada en marzo-abril en la que no me cabía más amargura y quise mandarlo todo a tomar por culo de una vez.Y debería de haberlo hecho, porque ese era el momento.
Volvimos a vernos en mayo, cuando su beca terminó y ya volvía a España. Pasó tres o cuatro días conmigo, no más.

Por entonces, yo había conocido a M., un chico que por entonces tenía 22 o 23 años y estaba pasando solo un cuatrimestre en Inglaterra. De febrero a junio. Me llamaba la atención en clase. Se le veía un tío callado, interesante... pero nada más.

Y cómo veo que me estoy alargando tela, seguiré luego :)