miércoles, noviembre 3

A D e s t r u c t i v e L o v e


TRANSCRIPTION
Gossip Girl: But it`s the true warrior who knows that wars don't end. They simply change. And there can never be peace as long as guns are still loaded and there's plenty of ammunition.
Blair: What are you still doing here, Chuck? I threw you out hours ago.
Chuck: I just wanted to let you know the treaty is over.
B: It's fine with me. This pretense of civility is exhausting.
C: Yes, being amicable is not in our blood. I've realised we are not friends. Friends have to like each other and after what had happened tonight I could never like you.
B: I could never like you either. In fact, I hate you.
c: I've never hated anyone more...
B: Every nerve ending in my body is electrified by hatred.
C: There's a fire pit of hate burning inside of me ready to explode.
B: So it's settled then...
C: We've settled...

martes, octubre 19

H o y M e I n s p i r a . . .


F B

Hoy andaba remoloneando en Facebook cuando de repente di con las fotos de una antigua compañera de clase. Se ha casado. Pero eso no es lo más shocking.
Ella, llamémosla L., era (y aún es, que no se ha muerto) una tía bastante inteligente. Era de las que sacaba la asignatura a su debido tiempo y con buena nota. Tenía buena relación con casi todo el mundo aunque a primera vista, la tía daba un poco de yuyu por su apariencia física. Es gótica. 
El caso es que volvió del Erasmus con gran penar dejando al amor de su vida esperándola en Inglaterra, terminó la carrera dos años después y pilló un vuelo de vuelta a los brazos de su Romeo... hasta el día de hoy. En estos años ha buscado y encontrado un trabajo, ha montado su casa, criado sus gatos y sus plantas y cuando todo estuvo listo, vino a España una semana para casarse. 
Su perfil de Facebook es el diario de su vida y es viendo sus fotos cuando la más asquerosa envidia me corroe. Su ahora marido es guapote y se achucha con ella en cien mil imágenes de cien mil viajes por tierras inglesas y españolas. Su casa es lo más lejano a una casa de estudiantes que he visto jamás. Parece cálida, un hogar al fin y al cabo. El jardín tiene cincuenta tipos de plantas distintas que ella pasa horas cuidando y arreglando... Hay que sumar las fotos con sus padres y familia política, sus estados que rebosan felicidad y la pasión que parece poner en cada cosa que hace. En resumen: es súper feliz y yo me alegro por ella. 
Se casó de rojo y celebró la boda vestida de fucsia. No hay ni una foto en la que no aparezca enganchada a su marido.
Así que, repasando sus fotos, veo en ella cumplidas las expectativas que yo siempre he tenido para mí:
- Tener una vida y un trabajo a los 25
- Saber que vas a amar a alguien forever.
- Saber que te van a corresponder y que jamás vas a sentirte desplazada.
- Trabajar en tu campo, en lo que te gusta.
- Hacer todo esto en un país extranjero.


En resumen, empezar a vivir. 
Así que, desde aquí, le deseo toda la suerte del mundo y, de camino, le digo que la envidio. Sanamente. Pero la envidio. 

martes, octubre 12

N o t h i n g C h a n g e s

El miércoles por la noche, mientras volvía andando de un sarao al que asistí solo para hacer la pelota y el peloteado no se olvidara de la beca que me debe, envié un sms a A.
No sé porqué lo hice. Quizás era nostalgia porque solemos ir juntos a estas cosas. Quizás, necesidad de ver hasta que punto había llegado la situación. El caso es que, de una forma u otra, el primer paso siempre lo doy yo. 
Las cosas han vuelto a la normalidad sin ni siquiera haber hablado el tema. A una normalidad relativa en la que sigo siendo la última. 
Su casa se ha convertido en el caos desde que yo no estoy (lo que yo esperaba), compró una camisa nueva para trabajar por tal de no planchar las otras, el salón es ahora un estudio de música lleno de cables por todas partes, la cocina... mejor dejarla aparte. 
Por supuesto durante esta semana no he subido a casa con la asiduidad que lo hacía antes (antes de irme a vivir con él, digo) y, cuando he subido, he tenido la sensación de ser una completa extraña. Mi paso por esa casa ha sido borrado totalmente. Es como si hubiera estado deseando que me fuera para poder estar a su aire... y me ha dado pena. He gastado fuerzas y muchas horas de mi tiempo para que fuera habitable, para tener la sensación de que yo pertenecía a ese espacio. Pero no. Ahora sé que he sido un estorbo y un coñazo por hacerle recoger la ropa, colocar los zapatos, ordenar los instrumentos o lavar los platos, quejarme por no tener ayuda y, a veces, obligarle a pasar por la ducha. 


Antes solía quedarme a dormir los fines de semana. Anoche no me insistió lo más mínimo cuando le dije que mejor me volvía a casa y, siendo sincera, no me apetecía despertarme en un sitio del que jamás he sido parte y que, además, está tan sucio. Tampoco me atraía la posibilidad de que pudiera haber sexo. 
El caso es que tengo la sensación de que algo no está bien. Algo se ha roto y aún no sé qué es.

martes, octubre 5

W h a t I A l w a y s W a n t

A mí eso de los preliminares no me va. Y menos si estoy borracha. 
Yo soy mujer de "llegada fácil" y no me hace ni pizca de gracia acabar antes de empezar la faena. Es como cuando tienes hambre. Te comerías un elefante pero el cocinero se toma su tiempo. Así que picoteas pan con aceite, a veces hasta pillas jamón, y cuando llega el pato a la naranja tu ya tienes ganas del postre. En mi caso, de que no me toquen más y fumarme un cigarro en la terraza a la luz de la luna, que es donde únicamente no me veo la celulitis. 
Así que tengo una fantasía que intenté contarle a A. mientras estaba de viaje en el país de las vacas, pero no cupo en un SMS y al final no se enteró de nada, fijo. 
En ella, el amante en cuestión me pilla desprevenida, me agarra fuerte y, hablando mal y pronto, me empotra contra la pared. ÉSE Y SÓLO ÉSE sería mi polvo perfecto. Pero está visto que los hombres no entienden de indirectas y están infinitamente influenciados por el estereotipo de "la mujer frágil" a la que hay que mimar, besar, acariciar y penetrar... 40 MINUTOS DESPUÉS. Eso aburre a las ovejas. 
Así que yo he decidido que no soy frágil. No lo soy para trabajar ¿por qué lo voy a ser para una sesión de sexo? Y no quiero mimos, ni besos, ni caricias... Por el contrario, prefiero la intensidad y descubrirme al día siguiente la espalda llena de moratones. 


P.D: Por si tenéis curiosidad respecto a los posts anteriores... No. A. no me ha llamado, pero le he visto por el centro de la ciudad de borrachera con sus amigos. Tampoco le he saludado. Parece que tiene un hondo penar. Tan hondo que le caben varios litros de alcohol.

lunes, octubre 4

I D i d I t (re-edit)

Hoy lo hice. Cogí mis cosas y me fui. Aún no se cómo, pero puse fin a una convivencia que en el fondo no quería abandonar.
¡Cuánto sadismo!


A. no es un ogro. Es un poco tonto, tranquilo, pausado, independiente, cariñoso... y egoísta. Tan egoísta que yo estoy pagando el pato de su anterior relación. Es más, según palabras suyas, y cito literalmente, "mis amigos son lo primero y nunca más una novia estará por delante de ellos". Y digo yo, guapo: llevo CINCO años (y medio) dándote todo, ¿qué culpa tengo yo de que tu ex fuera una zorra manipuladora?. 
Es por eso que yo soy la última consideración. El último factor a tener en cuenta y a veces ni eso. 


Nuestra "aventura" empezó en junio. La precariedad de mi situación laboral no me permitía pagar la mitad del alquiler (mi jefa es otra zorra) y aún así llegamos a un acuerdo. Yo no pagaría alquiler, pero sí la mitad de facturas y compras semanales. Lo que no estaba especificado en aquella especie de contrato verbal es que el cepillo, la fregona, la lejía y los guantes de plástico también venían en el lote. Sin embargo todo el tiempo he tenido la sensación de estar de prestado, de estar recibiendo un favor y, con ello, la falta de libertad a la hora de expresar mis opiniones, qué me parecía mal o qué me estaba jodiendo profundamente. Pensándolo en frío, si yo hubiese cobrado las sesiones de "guisa y plancha" al módico precio de 10 euros la hora, a ver quién resultaba que hacía el favor a quién. 


En estos meses el sexo no ha escaseado. Ha desaparecido. Algo que, junto con mi posición inferior en su lista de prioridades, me lleva a desarrollar una falta de autoestima terrible. No me siento atractiva. Ni estimada. Ni valorada. Ni siquiera observada.


Así que, niño imbécil, tengo que decirte que yo tengo casa y que si me fui a vivir a la tuya y no salí por patas a la primera de cambio es porque quería estar contigo. Si me apuras, también quería un polvo de vez en cuando. En el fondo no soy ni exigente. Así que graba en ese cerebro "mononeuronal" que tienes que no soy tu buena acción del día. 


Lo que más siento ahora mismo es que me tengo una pena horrible. Sí, a mí misma.Por eso lloro.

L A C K

Esta noche, como casi todas las noches durante el último mes, me duché y me metí en la cama, desnuda. Mientras A. se decidía a venir, probé 100 posturas diferentes que pudieran llamar su atención, pero no funcionó. Llegó, apenas me miró, encendió la radio y se dio media vuelta. Así que, con una sensación de fracaso monumental, me puse una camiseta vieja, unas bragas del tamaño de un paracaidas y abandoné el campo de batalla.
Este ritual se viene repitiendo durante varios años, con interrupciones esporádicas que me suben la autoestima de vez en cuando y es que ¿qué haces cuando tu pareja no repara en ti más que para saber qué has cocinado? 
Al principio no dí mucha importancia al asunto. Hasta que empezó a tener efectos sobre mi autoestima. Si no te prestan atención desnunda, con ropa menos. Así que empecé a cavilar, a pensar que había perdido atractivo físico, dejé de arreglarme y, por supuesto, desterré de mi cajón los incómodos sostenes de encaje que ya no surtían ningún efecto.
Y ojo, que no existe matrimonio de por medio, hijos ni nada que se le asemeje. Solo 5 años de relación y 3 meses viviendo juntos a los que he decidido poner fin. 
¿Yo? Tengo 24 años...