sábado, mayo 7

C u a n d o M e S e p a r é . . .

Serían las 9 de la mañana. Horas antes ya me había arreglado para trabajar pensando en que hoy iba a tener más oportunidades que el resto de días para encontrármelo. Y efectivamente. Llego a la Alhambra, y lo encuentro aparcado en la parada de taxi de La Mimbre. En ese momento me hice la remolona, le pregunté cuánto tiempo llevaba allí y dudé (falsamente, pues tenía claro qué iba a hacer desde que vi su coche) si quedarme o no. Su respuesta: "¡quédate mujer!" Ni una palabra más, doy la vuelta y aparco mi taxi detrás. Empieza a darme las luces traseras. Dudo. ¿Qué hago? Aparece mi compañera y dice: "¿Qué coño haces aquí que no te has metido en su coche a hablar con él?" El empujoncito que necesitaba. Freno de mano, el móvil, las llaves, apaga las luces, cierra el coche y allí que me planto teniendo en mente una escena al más puro estilo Titanic.

Hoy no llevaba gafas de sol porque llovía a cántaros, está mejor con ellas puestas. Sus ojos no son bonitos, pero sí interesantes. No podía dejar de mirarlo. Un poco a Bogart me recordaba. Conversación estúpida aunque continuada. Yo nerviosa. Me temblaba una pierna y luego no podía dejar de mirar por la ventanilla. Después pasamos a los detalles. Me pregunta: "¿trabajas para tu padre o tienes marido o novio...?" La chispa está en que la primera parte de la pregunta no tiene nada que ver con la segunda. Era adrede. Obviamente evito mencionar la parte en la que llevo 6 años con novio y contesto: "No, trabajo para mi padre. Vivo con mis padres aún. La verdad es que estoy muy bien así" A la pregunta de si vive con sus padres me dice que no, que se independizó con 17 años, que ya no podría vivir con ellos otra vez, que cuando se separó...
PIIIIIII - PIIIIIII La emisora le asigna un servicio. Tiene que recoger a unos clientes en el Parador de San Francisco. Salgo de su coche por patas, pues no puede perder un segundo, dejando una conversación que se empezaba a poner interesante a la mitad. ¡Mierda, mierda y más mierda!
Cuando se separó... ¿de qué? ¿de quién? ¿Por qué me empieza a contar eso?
Total, que aún no sé si tiene pareja o no. Si puedo esperar un revolcón ocasional (o varios), y me quedo embobada, encandilada...

Pero, ya sé cómo se llama. Y también sé que tiene 31. ¡Una edad mu bonica!

2 comentarios:

illy dijo...

BRavo!!

Dora Garvin dijo...

Brrravissimoo!! Como me quedé sin enterarme de la misa la mitad.. ¬¬